CAPITULO 148

CUENTA PAULA

La última decisión del médico, no muy convencido, fue que juegue. Pero "tranqui". Por supuesto esa parte no se la conté a Carla. Dos semanas de un entrenamiento complicado. El lunes a las 9 de la mañana se realizaría la prueba. El pie me respondía, pero después se me hinchaba un poquito, la estaba manejando bien igual. Ya sábado....dos días exactamente, salía del último entrenamiento

Carla: te tengo fe
Paula: no hay chance... te juro que lo hago por vos
Carla: pero poné todo, no entres desganada
Paula: ¿cómo es la cosa?
Carla: generalmente, primero se dividen en dos canchas, y se hacen dos partidos. Y de ahí,  las que se destacan se las pone a entrenar aparte
Paula: ¿cuanto dura?
Carla: es todo el día... los partidos cuando llegamos, les dan de comer alguito, y tipo 6 nos estaremos yendo supongo
Paula: bueno
Carla: no hagas nada Paula...por favor, no salgás
Paula: ¿salir? Me hiciste entrenar de 7 de la mañana a 12 del mediodía todos los días, y vos te pensás que tengo ganas de salir
Carla: era la idea (ríe) descansá. Te veo allá directamente
Paula: ¿a qué hora era?
Carla: 8 


Salí del club, destruida. Tener entrenamientos personalizados era complicado. Literalmente 5 horas todos los días hasta hoy sábado. Tomé un colectivo para llegar a mi casa. Lamentablemente me entusiasmaba la idea esta de la copa, de que me elijan...pero tenía muy en claro que era imposible, o no quería ilusionarme. En serio, lo hacía por Carla. Si no fuere por ella nunca me presentaría. Llegué a mi casa, no me respondían los pies, necesitaba mi cama

Ale: ¿qué tal?
Paula: no puedo más
Miguel: ¿te cansaste?
Delfina: Paula parece que te pegaron hijita
Paula: (ríe) andá a entrenar de 7 a 12 vos hija de mil
Delfina: a esa hora después de un viernes a la noche se duerme
Paula: claro
Ale: ¿qué hiciste?
Paula: que no hice....en serio, no doy más, necesito dormir
Miguel: ¿no vas a comer?
Paula: no, es lo que menos me interesa ahora
Ale: suerte

Y como un zombie terminé el camino hasta la ducha, y de la ducha a mi cama. No solo que no leí los mensajes, sino que apagué el celular, y me dormí profundícimamente, muy abuso. Me desperté por las manos de él en mi pelo.... eran inconfundibles

Pedro: arriba....arriba
Paula: (despertándose) cerrá los ojos
Pedro: ¿por qué?
Paula: debo estar horrible
Pedro: mmm, no, estás igual o más linda que siempre
Paula: ves que sos un amor....¿por qué me despertaste?
Pedro: ¿por qué son las 8 de la noche?
Paula: las 8 de la noche... (haciendo el cálculo) dormí 7 horas, bien, estamos bien
Pedro: ¿qué tal?
Paula: me están empezando a pegar los nervios...mañana no vivo
Pedro: te va a ir  bien
Paula: me arrepiento tanto de haber dicho que si. Tendría que haber aprovechado la excusa del pie
Pedro: me embola cuando haces esto...dale, no te echés para atras, vos por algo dijiste que si
Paula: por Carla
Pedro: sabés que es por algo más, y es porque amás el hockey, dale Pocha no arrugues
Paula: no voy a arrugar
Pedro: pero si ya entrás con esa onda
Paula: y bueno, estoy nerviosa que queres que haga
Pedro: eh tranquilate  (Dándole un beso) ya está
Paula: ok
Pedro: ¿salis?
Paula: no, lo tengo prohibido
Pedro: (ríe) chica deportista
Paula: ¿vos?
Pedro: si, pero voy a intentar volver temprano así te visito
Paula: no...yo voy a comer, ver una película y a la cama de vuelta
Pedro: ¿segura? ¿con todo lo que dormiste?
Paula: (ríe) tengo para rato más...igual, si no me puedo dormir te llamo
Pedro: vendré.... escuchame una cosa
Paula: te escucho
Pedro: ¿qué querés hacer?
Paula: comer para sacarme los nervios
Pedro: te va a caer mal
Paula: necesito chocolate, me voy a morir
Pedro: te queda todo mañana todavía... mejor tranquilizate
Paula: decime cómo y chocha lo hago
Pedro: vamos al cine
Paula: ¿al cine?
Pedro: si, ya los llamo a Zaira y a Hernán, y listo
Paula: (sonríe) ellos quieren salir Pepe
Pedro: bueno, conmigo entonces. Si son las 8. vamos a una película de 9 o 10, y  listo
Paula: bancá que me cambio
Pedro: tengo para rato

Me daba ternura que Pedro siempre intente complacerme, y que yo esté bien, así que no iba a rechazarle la salida. Me cambié, y salimos los dos juntos